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Bache Bache

 

22 Apuntes Sobre la Exposición de Edgar Salinas "Bache" a inaugurarse en Arte Actual Mexicano.

Por Ricardo Milla

 

No importa que en el cuadro "La Costilla de Adán" de Bache (alias "Edgar Salinas") no podamos observar el rostro de Adán o en sentido literal su costilla.                                             O que "José" nos dé la espalda a los espectadores como algunos de los más emblemáticos personajes de René Magritte o Enrique    Guzmán.                                                                       "Supersticiones" es un acto de fe que a través de una llave y una flor brinda distintas posibilidades a su protagonista.                                                                                                     "Testigo de Sí" es un juego a tres bandas: una planta, una joven y el espectador que dan fe de sí mismos a través de la vida en este México tocado por la muerte desde hace tantos años.        A medio camino entre las predicciones apocalípticas del fin del mundo fechadas para el ya no tan lejano año 2040 firmadas por Isaac Newton derivadas de sus interpretaciones de profecías bíblicas y el desmesurado optimismo de la canción "Nada Más Que Flores" donde David Byrne cantaba con sus ahora ex-compañeros del grupo "Talking Heads" que la naturaleza cubriría con su exuberancia todo rastro urbano de las ciudades, Bache propone con su muestra individual "Nostalgias De Una Memoria" una reconciliación entre nuestra incorregible depredación humana y la más que probable búsqueda de revancha de un orden natural desequilibrado.                                                                                                                            La serie pictórica del autor durangueño plantea un empate en el marcador entre humanos, equinos y plantas.                                                                                                                           Gracias a su convivencia tod@s se potencializan y anhelan ser la mejor versión de sí mism@s.

Igualdad es un valor que unifica la serie y una impronta que nos recuerdan que el arte es casi siempre mejor que la realidad.                                                                                                      "Analogías Para Un Mejor Sueño" propone la simbiosis de un brote vegetal y una mujer.

Son bañadas por luz natural: Surge la planta del sitio que alberga el "tercer ojo" convirtiendo a la mente en una raíz.

De pronto el autor nos revela una fotosíntesis que es simultáneamente muy cinematográfica y muy fotogénica.                                                                                                                          Es una obra que en su aparente sencillez conmueve, inspira y nos exhorta a replantearnos nuestra relación con nosotros mismos y con los demás: con nuestros compañeros de viaje humanos y no humanos.

Una vez que los espectadores nos sumergimos en las puestas en escena que Bache nos extiende a lo largo de las 19 pinturas que conforman esta muestra, establecemos un contacto más directo con nuestro entorno: contemplar su manifiesto es similar a caminar descalzos.        No revela el pintor, como buen artista que es, si en su obra "Regresiones Maternas" los retornos sugeridos por el título se refieren a la madre naturaleza, a su madre biológica o a una madre genérica que oculta su rostro: de nuevo no importa, lo que importa es el juego, el misterio, la invitación.                                                                                                                   "Alquimista" exuda orgullo y exuberancia y recuerda la frase de Gustavo Cerati "Te llevo para que me lleves" y también una más coloquial, la de "Hoy por ti, mañana por mí". 

Memorias, deseos, recuerdos, encuentros, familia, anhelos: Bache nos comparte su visión actual a través de su quehacer plástico.                                                                                          En la verticalidad del cuadro "Luz" las dos entidades que lo protagonizan conspiran para que la mujer no nos vea, una moribunda hoja la protege de nosotros: naturaleza protectora, naturaleza salvadora.                                                                    

 Muralista consumado (en complicidad con "Freak", alias José Salazar, realizaron uno de mil metros cuadrados para la empresa Coficab en la capital de su estado natal), Bache trastoca la noción de "el tamaño importa" para establecer que lo que realmente importa son los planteamientos, las resoluciones y los cuestionamientos.                                                              Opuesto al tecno-narcisismo contemporáneo que explota millones de veces por minuto en las redes sociales, el autor nos ofrece una serie artística desenchufada desprovista por completo de tecnología: ¿los seres que habitan sus composiciones se desenvuelven en un mundo que ya ha sufrido un apagón digital o su conexión con la naturaleza ha vuelto obsoletos a los omnipresentes dispositivos digitales?                                                                                            Richter pudo escapar, expresándose de una manera cultivada, espiritual y sincera, de la siniestra ruta que presintió tomaría el mercado del arte desde principios de la década de los ochenta y sembró en jóvenes artistas esa posibilidad, esa dignidad.                                              Imágenes que dialogan con el retrato que hizo el alemán de su hija Betty pueden considerarse "Codiaeum" y "Memoria" donde la historia de esas tres miradas no se pueden rastrear ni fijar ya que se encuentran en un sitio envidiable desprovisto de video vigilancia.                                Antonio Gaudí verbalizó lo que Bache pintó: "La originalidad consiste en el retorno al origen".